El taco, emblema de la gastronomía mexicana, es un platillo con raíces profundas en la historia de México. Su origen se remonta a las culturas prehispánicas, donde se utilizaba la tortilla de maíz como base para diversos alimentos. En aquel entonces, los indígenas solían consumir tortillas acompañadas de pescado, insectos, frijoles o chiles. El término “taco” deriva de la palabra náhuatl “tlahco”, que significa “mitad” o “en el medio”, refiriéndose a cómo los alimentos se colocaban en el centro de la tortilla.
Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, la gastronomía mexicana se enriqueció con nuevos ingredientes como el cerdo, el trigo y el queso. La mezcla de ingredientes indígenas y europeos dio origen a una cocina mestiza, de la cual el taco se convirtió en uno de los exponentes más representativos.
La Época de Oro y el Taco en el Siglo XX
Durante la Época de Oro del cine mexicano (1930-1950), el taco se consolidó como un símbolo nacional. Las películas de esa época retrataban a los protagonistas disfrutando de tacos en puestos callejeros, lo que ayudó a popularizar este platillo en todo el país. El taco se convirtió en un elemento esencial de la vida cotidiana y en un reflejo de la identidad mexicana.
En los años 80, el taco vivió una nueva etapa de auge con la diversificación de sus estilos. Los tacos se adaptaron a los gustos urbanos, con la aparición de variantes como los tacos de suadero, carnitas y barbacoa. Sin embargo, fue el taco al pastor el que se destacó por su sabor y técnica única que ya tenáa unos años en ntre el gustod e los mexicanos.
El Taco al Pastor y El Tizoncito: el lugar que los vío nacer
El taco al pastor, una de las variantes más icónicas del taco, es reconocido como una creación original de El Tizoncito, un pequeño restaurante en la Ciudad de México fundado en 1966 por Concepción Cervantes y Eguiluz. Quien inspirada en el shawarma (por la migración libanesa establecida en México), se dio a la tarea de crear un platillo que a la postre sería un manjar para propios y extranjeros, fue en El Tizoncito donde se creo y se vio por primera vez el taco al pastor como lo conocemos hoy en día.
El Tizoncito introdujo una preparación única: carne de cerdo adobada con una mezcla especial de chiles, achiote y especias, que se cocina en un trompo giratorio. Este restaurante innovó al agregar rodajas de piña, que se colocan en la parte superior del trompo. Esta combinación de sabores, junto con la presentación en tortillas de maíz y acompañada de cebolla y cilantro, definió el estilo distintivo del taco al pastor.
El éxito de El Tizoncito fue inmediato tras su apertura en 19676 en la colonia Condesa. Su concepto revolucionario y la calidad de su producto lo posicionaron rápidamente como un referente gastronómico en la Ciudad de México. Con el tiempo, se abrieron más sucursales, y el estilo del taco al pastor se difundió por todo el país, convirtiéndose en un ícono de la cocina mexicana.
La influencia de El Tizoncito en la gastronomía mexicana es incuestionable. Su contribución a la creación y popularización del taco al pastor ha sido reconocida tanto a nivel nacional como internacional. En 2019, el taco al pastor fue nombrado “el mejor platillo del mundo” por el sitio de gastronomía TasteAtlas, lo que subraya la importancia de este platillo y del restaurante que lo originó.
El taco, en todas sus variedades, es un reflejo de la historia y la diversidad cultural de México. La creación del taco al pastor por El Tizoncito es un testimonio de la innovación culinaria mexicana y de la capacidad de integrar influencias extranjeras en su gastronomía. Este platillo no solo se ha convertido en un símbolo de la identidad mexicana, sino que también ha llevado la riqueza de la cocina mexicana a un escenario global, consolidándose como uno de los tesoros culinarios más importantes del país.